Habitació espectacular amb vistes impressionants. El servei, un 10, sempre atents i amables. Amb una llum daurada que fa que tot sigui més acollidor. L'esmorzar boníssim, però el restaurant una mica estret quan hi ha molta gent.

a Decorarción moderna
b Impresionantes vistas
c Servicio excepcional

a Acceso complicado
b Bar ruidoso
c Servicio de restaurante lento

Experiencia memorable en París

Las vistas de la habitación son sencillamente impresionantes, especialmente al amanecer. La atención del personal fue excelente. recomiendo aprovechar el cóctel de bienvenida. No se pierdan el desayuno en Bonnie, aunque un poco más de variedad sería ideal. Reconozcan el valor de caminar para disfrutar la ciudad.

La habitación en la azotea ofreció impresionantes vistas de la ciudad. La atención fue excelente, desde el cóctel de bienvenida hasta los detalles como los chocolates. Sin embargo, el acceso a ciertas áreas puede ser complicado para familias y el bar de la azotea puede volverse ruidoso en la noche, lo que puede afectar la relajación.

La habitación Collection rooftop room ofreció un espectáculo impresionante con vistas al techo de París, trayendo la ciudad a nuestros pies. La experiencia de alojarnos allí se elevó aún más gracias a la tranquilidad y la comodidad que brindó el espacio.

Aunque todo fue bastante agradable, el acceso a ciertas áreas del hotel puede ser un poco complicado si se viaja con la familia, ya que hay escaleras y algunos caminos largo para recorrer. Además, durante la noche, el ambiente en la azotea puede volverse algo ruidoso por la actividad de los bares cercanos, lo que podría no ser ideal para los que buscan descansar.

las vistas desde nuestra habitación eran impresionantes, no me canso de mirarlas. el gimnasio era pequeño.

Vistas increíbles y un servicio de lujo

El hotel tiene un diseño super moderno y acogedor. Nos sorprendió cuando entramos a la habitación y vimos la vista al Sena y la Torre Eiffel, ¡un sueño! El desayuno era delicioso, sobre todo esos croissants. Aunque el bar en la azotea puede estar algo ruidoso por la noche, lo demás fue perfecto.

el hotel es una locura! la decoracion super moderna y las vistas son pa' morirse. la habitacion con una cama ultra comoda y los detalles de bienvenida con champagne y pastelitos fueron un hit. la atención del personal es de otro nivel, siempre sonriendo y listos para ayudar. el bar en la azotea tiene las mejores vistas de toda la ciudad y eso le suma puntos!

el acceso a algunas áreas es un poco complicado si llevas familia, y el bar en la azotea puede ser ruidoso por la noche.

Este lugar me va perfecto. Tiene wi-fi, bar, gimnasio y un restaurante que nunca decepciona. En mi primera estancia, el personal me ayudó con las maletas, un gesto que siempre recordaré. ¡Recomiendo probar el cóctel de bienvenida! Volveré por un par de días.

Absolutamente todo! ! La decoración es increíble. La habitación era muy espaciosa y luminosa, con grandes ventanales que daban vistas impresionantes del Sena y París. La cama era extremadamente cómoda, como también las almohadas. Además, todo estaba muy limpio y nuevo, con equipamiento tecnológico moderno. La atención del personal fue excepcional, empezando por la bienvenida con cócteles y terminando con los detalles en la habitación, como los chocolates de la pastelería Angelina. Tanto el restaurante como el bar en las últimas plantas ofrecen vistas increíbles sobre París.

Nada que reseñar en este apartado.

Es un hotel excepcional con vistas impresionantes del Sena y de la Torre Eiffel desde la habitación, y un restaurante en la azotea que brinda una experiencia gastronómica única.

recomendaría a todos este lugar for descansar del todo

Habitación espaciosa, decoración increíble, con grandes ventanales que ofrecen vistas impresionantes del Sena y un bar en la azotea que te permite disfrutar de la ciudad desde otro ángulo, además de tener un gimnasio totalmente equipado para mantenerse activo durante la estancia.

Todo ha sido fantástico.

Recomiendo para parejas románticas

Al llegar, la habitación estaba decorada con champán y un pastelito que nos hicieron sentir muy bienvenidos. Tom, el encargado del front desk, se preocupó mucho por nuestras necesidades, incluso dándonos recomendaciones de lugares que visitar durante nuestra estancia.

No es un lugar barato, pero vale cada centavo.